domingo, 15 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD!!!!

Amig@s!! 
En estas fechas llenas de amor y felicidad, donde nos encontramos con nuestros seres más queridos, donde vivimos momentos mágicos, donde reina la alegria...
Sólo queria aprovechar para desearos unas Felices Fiestas y que el año que viene nos traiga mucha felicidad y muuucha restauración!!

Aquí os dejo el arbol de navidad que ha hecho mi querida amiga Gem con palos de distintos tamaños, un poco de imaginación y muuucho amorr!!!:


FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO A TOD@S!!!!!

viernes, 8 de noviembre de 2013

Tuneando un sencillo mueble

El mérito de este fantástico trabajo es de mi querida amiga Tati. Un día me mandó unas fotos de un mueble blanco super sencillo que habia comprado para su habitación y decidió darle un toque personal de una manera realmente facil, sencillo y económico. 
Os lo resumo en unas lineas:

Se trata de un trabajo bastante rápido y sencillo y el resultado es muy, muy interesante. 
Ella compró tela de terciopelo morada para forrar el interior de todos los cajones. La tela la pegó con cinta adhesiva de doble cara. Yo, personalmente, he utilizado en alguna ocasión terciopelo con base adhesiva para forrar el interior de alguna caja de madera ya que es más cómodo a la hora de pegarlo pero no es tan económico como éste método que utilizó mi amiga para forrar los cajones.
Para la parte frontal de los cajones, buscó un dibujo chulo por internet y lo imprimió sobre tela de lienzo para pegarlo después, de nuevo, con cinta de doble cara. Sólo necesitas un poco de paciencia.
Para los laterales del dibujo utilizó una tela tipo lazo de las que se venden en las mercerias que fué pegando con un pegamento especial para telas.
Y forró los tiradores con una cinta plateada para darle un toque distinto al mueble.
Este fué el resultado de su trabajo:


¡¡No me digais que no es chulo!! es muy facil y muy sencillo y cambia por completo el espacio donde va a ir colocado. Además, éste trabajo es muy económico. Parece un mueble distinto y encima tiene su toque moderno y muy personal.
¿Qué os parece? ¡¡¡a mi me encanta!!
Tati, ¡genial trabajo! :)

viernes, 25 de octubre de 2013

Tapizando el cabecero para el espacio de mi cama y más....

Cuando me trajeron la cama para mi habitación estaba muy ilusionada por que era tan grande que enseguida me puse a darle vueltas a la cabeza para decidir cómo iba terminar de decorar su espacio. Me refiero al cabecero que iba a adosar a la pared.
Y al principio no lo tenía muy claro pero pronto decidí que finalmente sería algo muy sencillo.
Con un poco de asesoramiento lo vi claro. Yo haría mi cabecero.
Lo que tenía en mente era hacer un cabecero muy simple con unos botones para acolcharlo, sin más.
Antes de comenzar a tapizar hice unos agujeros en el tablero de madera con un taladro para que, una vez tapizado el cabecero, nos sirviesen para colocar los botones y así poder acolcharlo.
Para empezar a tapizar, pegué la gomaespuma, de unos 4cms de grosor, al tablero de madera con adhesivo de contacto. Apliqué adhesivo en el tablón y en la gomaespuma y después de unos minutos de secado (8-10 minutos) uní las dos partes para que quedasen perfectamente pegadas.
Después, coloqué la guata bien estirada sobre la pieza de gomaespuma con el tablón ya pegado y me preparé para tapizar.
Puse una grapa en el centro del tablero y fui avanzando hacia las esquinas. 


Una vez que la guata estaba perfectamente grapada, coloqué la tela bien estirada en una mesa y encima el tablón de gomaespuma y guata. Entonces comencé a tapizar el cabecero. Se trataba de grapar desde el centro del tablero hacia las esquinas dejando una separación entre grapa y grapa de unos 3 o 4 centímetros y tensando mucho la tela en todo momento.  Finalmente rematé las esquinas y corté toda la tela sobrante.
Al tratarse de un cabecero con unas dimensiones bastante grandes resultó un poco más incómodo a la hora de trabajar y tengo que decir que recibí un poco de ayuda. 
Otro problema que me encontré fue que elegí una tela de polipiel negra muy chula pero demasiado dura para tensar a la hora de tapizar y a la hora de rematar las esquinas. Pero al final lo conseguí.
El mismo problema que me encontré al forrar los botones con esa misma tela. Al ser tan dura era imposible forrar los mismos de ninguna manera.
Así que pasé al plan B y elegí otra tela más blanda para forrarlos. Esta vez cambié de color por que me pareció buena idea darle un toque distinto y para que resaltaran más los botones sobre el cabecero. Compré una tela gris con un tono muy parecido al resto de la habitación. El tamaño que elegí para los botones fue aproximadamente de una moneda de 2€.

Y comencé a acolchar el cabecero. 
Una vez habíamos pasado el hilo por el agujero del botón, se trataba de ir, ayudándonos de una aguja bastante gorda, atravesando, por la parte tapizada, el tablón por los agujeros que taladramos al principio y tensando mucho el hilo para que se fuese acolchando poco a poco.
Después, y cuando ya estaba muy tensado, grapé el hilo al tablón por la parte de atrás.
La verdad es que necesité ayuda para colocar los botones por que no podía tensar y grapar al mismo tiempo debido a las dimensiones del cabecero, así que mientras uno tensaba bien los botones, el otro grapaba el hilo por la parte de atrás.
Al final coloqué 20 botones y éste fue el resultado:



Y como me gustó tanto el resultado del cabecero que, al final, terminé tapizando también el de la habitación de invitados aunque de un tamaño mucho más pequeño y siguiendo el mismo procedimiento:



jueves, 3 de octubre de 2013

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martes, 10 de septiembre de 2013

Limpieza de una mesilla camarera lista para servir

Mi amiga Eva tenia en la terraza de su casa una antigua mesilla camarera llena de polvo y suciedad. Era una camarena muy chula que no se utilizaba. Yo no sé el tiempo que llevaba abandonada allí...
Cuando me mandó una foto y me preguntó si podía hacer algo con ella creo que tardé 1 minuto en contestarla. "¿Tú que crees?" la respondí...
Me faltó tiempo para traerla y verla tranquilamente para empezar cuanto antes. Era preciosa.
Este tipo de muebles me gustan mucho por que sirven como muebles auxiliares cuando tenemos invitados en casa o simplemente como decoración.
Y esta en particular era muy muy bonita:
Era muy original por que las dos bandejas de la camarera eran de madera de roble y el resto era de madera de haya. Por eso los colores variaban tanto. Y tenía dos grandes ruedas que me gustaban mucho. En general, era perfecta.
Pero sucia... tan sucia...

La camarera no estaba muy deteriorada pero sí tremendamente sucia. No era muy estable por que habia partes desencoladas y, además, tenía algunas piezas rotas.
Ni lo pensé dos veces, la desmonté entera con mucho cuidado por que al final iba a ser más fácil y más cómodo limpiar las piezas por separado.
Utilicé productos muy fuertes y un estropajo de los verdes y comencé a frotar las bandejas con suavidad. Inmediatamente iba saliendo toda la suciedad:


Fijaos que diferencia hay de la parte superior de la foto a la parte inferior!!
Y despues limpié el resto de la camarera.. patas, agarre, portabotellas,  ruedas...
Encolé la parte del agarre de la bandeja que estaba a punto de desarmarse y algunas piezas de las patas. 
También hice un molde con resina para arreglar una pieza de los embellecedores que estaba partida por la mitad. Fijaos en la foto:


Cuando terminé de limpiar toda la camarera y se secaron las partes encoladas y la resina, empecé a aplicar una primera mano de un barniz incoloro para dejarla totalmente nueva. Y después una segunda mano.
Iba quedando así:


Cuando mi amiga Eva vino a recogerla yo estaba impaciente por ver su cara. También estaba un poco nerviosa.
Su primer comentario al verla fue: "¡Wow! pero ¿Es mi camarera? ¿Es la misma?"... Y entonces me relajé y en ese mismo momento supe que habia superado sus espectativas. Es mi mejor recompensa. Ella alucinada y yo feliz y satisfecha. :)
Así quedó:



  Lista para volver a utilizarse. Ahora, bonita. :)

miércoles, 24 de julio de 2013

Sin olvidar un oficio artesanal: Las sillas de enea

En un primer momento, mi amiga Tati no estaba segura de dejarme la silla que tenia de enea para arreglarla. La tenia mucho cariño por que era el único recuerdo que le quedaba de su abuela ya que, mirándola, podía recordarla sentada en su silla de enea, haciendo sus labores de costura o simplemente tomando el fresco.
Era plenamente consciente de que necesitaba un arreglillo y finalmente un día apareció con su silla y decidió que había que dejarla como nueva para que durase otros tantos años más. 
Una de las cosas que más me apasionan del mundo de la restauración es aprender oficios artesanales que, tristemente, se están perdiendo poco a poco.
Asi que esta era una oportunidad fastástica para no olvidar esos oficios tan alucinantes y perfectos.
Esta era la silla cuando llegó a mis manos:
La silla había perdido gran parte del barniz como consecuencia del paso de los años y supongo que del uso. El asiento de enea estaba algo dañado, arañado y roto por varias partes, asi que ni me lo pensé un segundo y comencé a quitar todo el asiento.


Una vez deshice todo el asiento, encolé las maderas que estaban sueltas y arreglé algunas tablas que estaban partidas.

Y empecé a decapar toda la silla. La verdad es que el barniz salía muy bien pero el problema es que al tener, en general, tantos detalles, resultaba más complicado eliminarlo. Sólo necesitaba paciencia... y paciencia...
Y no utilicé decapante químico en ningún momento. Todo lo hice con mi rasqueta habitual para decapar y otra más pequeña y poco a poco conseguí eliminar todo el barniz.
Después, con un poco de masilla, tapé todos los agujeritos e imperfecciones que tenia la silla y cuando secó procedí a dar un buen lijado para dejarla lista para barnizar de nuevo.


Elegí un barniz color nogal que sabía que quedaría muy bien con el nuevo asiento de enea.
Empecé a dar la primera mano de barniz diluido, un poco, con disolvente para que hiciese las veces de tapaporos.

 
Una vez secó, normalmente unas 4-6 horas al tacto y unas 18-20 horas para repintar, procedí a dar una segunda mano para dejar la silla lista para comenzar a tejer el asiento con enea.
Al final, el tono final de la silla sería este:

¿Os habeis fijado en las maderas del asiento de la silla?
Antes de empezar con el asiento de enea tuve que hacer un añadido en la madera izquierda del asiento ya que no era igual que la parte derecha y no quedaban simétricos. Fijaos en la foto:
Lo que hice fue cortar un trozo de madera del mismo grosor y empalmarlo con cola para que a la hora de hacer el asiento quedasen los dos lados simétricos y perfectos:
Una vez secó la cola, la silla ya estaba lista para empezar a tejer el asiento.
Primero sumergí la enea en un cubo con agua antes de empezar a trenzarlo.
Comenzando por cualquier esquina de la silla, grapé el inicio de la enea a la madera por la parte de abajo y comencé a pasarla por encima de la madera, como en forma de espiga.
Según la primera foto, primero por la parte trasera y después por la parte izquierda y así con las cuatro esquinas de la silla.


Y así poco a poco iba confeccionado todo el asiento, tensando bien cada vuelta.
 






¡Ah! fijaos en el empalme que hice en la silla antes de empezar a hacer el asiento:


Poco a poco iba tejiendo todo el asiento de la silla. A medida que se iba cerrando el asiento era más complicado tejer ya que la visibilidad era menor y el hueco del centro cada vez era más pequeño y más incómodo para pasar la enea a la hora de tejer.


Una vez terminé de cerrar el asiento, este fue el resultado:

Por último apliqué, con una brocha, aceite de linaza en el asiento para protegerlo y para darle un tono bonito y brillante.



Unos taquitos en las patas para no arañar el suelo :)


Y, ¡¡¡terminada!!!


Me gustó mucho ver la cara de Tati cuando le devolví su silla y, sobre todo, la de su mami. Muy emocionada. Y yo también. 
Una razón más para hacer estas cosas...Mucha satisfacción.
Muy feliz :)