domingo, 14 de enero de 2018

Restaurando esa Coqueta Tocador tan antigua

El siguiente proyecto que cayó en mis manos era muy muy especial.
Cuando mis amigos me trajeron esta pieza, no podía estar mas ilusionada, alucinada y emocionada. 
Esa antigua coqueta tocador, que podría tener más de 70 años, era una de las piezas más bonitas que había pasado por mis manos. Calculo que sería de los años 50. Estaba muy viejecita pero teníamos que darle otra oportunidad. Era de la abuela de ella y la tenía un especial cariño así que, además de ser una auténtica joya, el carácter sentimental era lo más importante.

El espejo del tocador era una auténtica maravilla. La forma que tenía le daba ese toque elegante junto con los adornos del mismo. Era clásico pero original. A mi me fascinaba. 
El problema es que estaba muy deteriorado. 


La coqueta era una auténtica joya aunque estaba muy muy dañada. Los cajones inferiores casi no podían abrirse por que las maderas estaban muy deterioradas. Los tiradores tenían mucha suciedad. Apenas brillaban y se habían caído de los cajones.
Un tocador era un mueble que servía y sirve para arreglar el tocado de la cabeza, como su propio nombre indica, ya sea el peinado o la colocación de cualquier prenda que sirviese para cubrir la cabeza.
Habitualmente estaba formado por un espejo y una serie de cajones donde se guardaban los cosméticos, perfumes y adornos necesarios para tal fin. 
El mueble de mis amigos era espectacular. Tenía un gran espejo y unos cuántos cajones enormes y muy espaciosos.
Sabía que tenía mucho trabajo por delante pero no me asustaba en absoluto.
Tenía que eliminar todo ese color tan oscuro de toda la coqueta por que era tan tan horrible que hasta me cabreaba.
Desmonté los tiradores de los cajones y quité con cuidado el espejo para comenzar a decapar todo el mueble.




El barniz tinte que tenía había penetrado tanto en la madera que era muy costoso eliminarlo incluso con una lijadora eléctrica. Era un barniz muy muy antiguo que había resecado mucho la madera. Con mucha paciencia y unas buenas lijas de 120 y de 80 fui eliminando todo el barniz.
Para las patas utilicé un poco de decapante químico para facilitar la eliminación del barniz en los detalles de las mismas.


Fijáos como quedaban restos en los bordes de los detalles. Me gustaba así. De hecho quería que resaltase de esa manera por que le daría un toque super bonito y muy original una vez aplicase el acabado final.

Cuando conseguí decapar todo el mueble comencé a reparar los cajones que, al fin y al cabo era lo que me daría mas trabajo porque estaban bastante deteriorados.
De los dos cajones grandes, el que estaba en el centro, tenía dificultad para abrirse aunque conseguí clavar de nuevo todo el cajón y quedó perfecto. La madera estaba bastante bie pero el cajón estaba totalmente desenclavado.

El cajón de abajo no se podía ni abrir. La madera del cajón estaba en muy mal estado así que lo desmonté para cambiar todo el tablón y dejarlo como nuevo.

Utilice un tablón aglomerado de 94,5x39 y de 3mm de grosor que encajaba a la perfección en el cajón. Después de dejarlo bien clavado, era maravilloso poderlo abrir y cerrar con un solo dedo.
El problema del frontal de los cajones era que tenían muchas imperfecciones y agujeritos.
Quité muchos clavitos que no se muy bien qué función tenían. 
Apliqué masilla color sapelly en todas las imperfecciones de los cajones para disimular al máximo todos los daños. Había muchas imperfecciones y poco a poco y con mucha paciencia fui reparando todas. 
Algunos trocitos de la lamina que cubre el cajón estaban rotos y me ayudé con la masilla para ir dándole forma de nuevo.


Cuando secó la masilla volví a pasar una lija de agua para dejarlo preparado para comenzar a barnizar.
Al mismo tiempo decapé todo el espejo y reparé las posibles imperfecciones que pudiera tener.
Los detalles y la forma del espejo me tenía completamente enamorada y estaba impaciente por darle el color.
Poco a poco iba cogiendo forma y se iban viendo los resultados. Creo que lo peor y mas laborioso ya lo había terminado y ahora tocaba la parte divertida que era darle color.
Pero antes tenía de forrar todos los cajones para darle ese toque moderno que se merecía y que iba a quedar tan alucinante y perfecto. Recordad cómo hemos forramos en otros  proyectos: paciencia y mucha tranquilidad.
Y entonces llegó el momento de empezar a dar color. Esta vez me encargaron un color Teca muy bonito que iba a quedar ideal en su habitación. Elegí un barniz al agua para interiores color Teca Sapelly satinado que me flipaba.
Este barniz también me encantaba por que era ultra resistente e iba a dejarlo muy bien protegido, que era de lo que se trababa.
Fijaos que maravilla:
Me encantaba este barniz por que se notaban perfectamente las imperfecciones de la madera, los bordes de los adornos que había dejado a propósito y, en general, todo lo bonito que se podía apreciar.
Después de aplicar varias manos de barniz a todo el mueble, comencé a darle color al espejo:


Estaba quedando perfecto por que me encantaba cómo resaltaban los detalles del espejo con el barniz.
Era una auténtica maravilla ver el cambio que le estábamos dando y es que mi emoción aumentaba cada vez más porque estaba viendo el final.


¡¡Qué maravilla!! esos detalles me tenían enamorada...
Y una vez terminé de barnizar el espejo, dejé secar bien toda la coqueta y por último procedí a limpiar todos los tiradores que eran super chulos.

Tenían mucha suciedad y necesitaban una buena limpieza. Como en otras ocasiones utilice Blanco España para sacarles brillo. Esta técnica para limpiar metales me ha cambiado la vida! jajajaja






Antes de montar toda la coqueta apliqué un par de manos de barniz incoloro satinado para que el acabado fuese perfecto y quedase más protegido.
Y secó.
Y aquí el resultado:
Entonces mis amigos volvieron a recoger su tocador. 
Muchos nervios pero después mucha satisfacción. Ellos quedaron alucinados porque creo que había superado con creces sus expectativas.  Seguía teniendo su estilo clásico pero con el toque moderno que necesitaba.
Mi amiga estaba emocionada por el carácter sentimental del que os hablaba al principio, que, para mi, era lo mas importante. Y respiré tranquila.
Se la llevaron a su nuevo hogar con muchas ganas de ponerla en su nuevo rinconcito.
Muy contentos. Y yo, feliz.